Para Decamps & Asociados el ejercicio del derecho constituye una alta responsabilidad. De tal forma, nuestros profesionales del derecho deben respetar y hacer respetar la ley y las autoridades públicas legalmente constituidas. Nuestros abogados, como auxiliares y servidores de la justicia, no deberán olvidar que la esencia de su deber profesional consiste en defender los derechos del cliente con diligencia, eficiencia y estricta sujeción a las normas legales y a la moral.
Incluso en su vida privada, nuestros profesionales del derecho deben cuidar con todo esmero su honor, eludiendo todo cuanto pueda afectar su independencia económica, comprometer su decoro o disminuir, aun en mínima medida, la consideración general que debe siempre merecer. Debe, por tanto, conducirse con el máximo de rigor moral. La conducta privada de nuestros abogados se ajusta a los cánones del honor, la dignidad y el decoro, observando la cortesía y consideración que imponen los deberes de respeto mutuo entre los profesionales del derecho y entre éstos y sus clientes.
Decamps & Asociados asume como norma inflexible no participar en procesos vinculados al tráfico de sustancias prohibidas, al lavado de activos, a homicidios horrendos, a crímenes contra el Estado o a delitos sexuales, excepto en los casos en que se trate de representar los intereses de las víctimas, de inocentes de solemnidad o de la sociedad en general. Un conjunto de normas conductuales, a tono con las mejores prácticas jurídicas y profesionales, configura nuestro Código de Ética, al cual deben estricta observancia los miembros de nuestra firma de abogados.
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